La idea era estar a su lado, acompañarlo, hacerlo sentir bien, lo que no me imagine, era que de él me enamoraría.
Cuando se lo dije me miro a los ojos y sonrió, no te prometo nada, pero intentare amarte.
La idea no era enamórame, pero el sentimiento creció cada vez mas, sabia que no debía ser, sabia que era un imposible.
El
tiempo paso y fuimos confidentes, cómplices, amigos y cuando la
ocasión se daba me regalaba un beso, al cual yo respondía, devolviéndole
una caricia sobre el rostro y tratando de que ese beso no terminara.
Ahí junto a el, sabiendo que nunca seria mío, que lo que sentía solo me haría sufrir, continúe, seguí adelante.
El
día que me dijo que me amaba, creí que mi vida terminaba, no podía
creerlo, risas, arrumacos, el dormir juntos, el sentirnos, fue lo que me
regalo y lo que con mas cuidado guardo, éramos uno pero libres, no
dejamos de ser quienes éramos, no dejamos de ser amigos, nos contábamos
todo, desde el principio, hasta el final
Me conto sobre ella, lo
bella que era, lo que le hacia sentir, que seriamos buenas amigas y que
la amaba de diferente forma que a mi, pero la amaba.
Debía callar, no
podía sentir celos, era lo justo, yo debía estar ahí hasta ese momento,
esa era mi misión, el haberme enamorado, no lo era, así que como llegue
me fui.
Cuando me recibieron, me dijeron, sabias que no debías
enamorarte de el, que solo debías ayudarlo a encontrar el amor, estar
junto a el hasta ese momento, y pensando, respondí así lo hice.
El es
feliz y gran parte de esa felicidad es gracias a ti, conoció el amor
contigo, ahora su felicidad será mayor aunque una parte de su corazón
nunca te olvidara, da gracias que resulto bien si no hubieras perdido
tus alas de ángel.
Somos ángeles guardianes, debemos hallar el amor para otros, yo lo conocí, pero debí dejar que su vida continuara.
De vez en cuando lo veo y me doy cuenta que el haber partido hizo posible que el fuera feliz y que yo no perdiera mis alas.
Avefenix